martes, 9 de noviembre de 2010

LUIS BATLLE Y LOS JÓVENES II


   De Luis Batlle se dijo en su momento que “tomó las banderas que otros habían dejado caer”, infundiendo al batllismo un torrente de energía renovada. Energía que consumió su vida en plena lúcida madurez. Parafraseando, pues, la definición que el maestro Daniel Vidart hacía de otro batllista ejemplar, Tomás Berreta, la vida política de Batlle significó una verdadera “apología de la acción”.
Y supo, además, como intentamos demostrar en nota precedente, promover en torno suyo a los jóvenes. En el convencimiento, estamos seguros, de que una de las tantas formas de que funcione la “fragua” generativa de nuevos dirigentes radica, precisamente, en la discusión profunda del dirigente con el joven sobre los más álgidos temas del país.
   En 1997, y con motivo de conmemorarse el centenario del nacimiento de Luis Batlle, el desaparecido vespertino “El Diario” –con el cual colaborábamos entonces- publicaba un suplemento especial en homenaje a su figura. Allí tuvimos la ocasión de entrevistar al veterano dirigente Juan Adolfo Singer, que así recordaba su primer encuentro con el líder:
   “-Diputado Singer, ¿cómo conoció usted a Luis Batlle?
   -Lo conocí personalmente en 1953, cuando tenía yo 17 años. Integraba por entonces la Asociación de Estudiantes Batllistas del Liceo Nocturno, una organización que formaba parte de otra mayor, la Federación de Estudiantes Batllistas. Teníamos en la ocasión elecciones para renovar la comisión directiva del gremio, y decidimos solicitar la colaboración de la principal figura del partido.
   -¿Por qué, era una elección difícil?
   -Era muy politizada. Observe que competíamos: los batllistas, los blancos, los comunistas, los socialistas, los anarquistas y los cívicos; es decir, un conjunto variado de agrupaciones estudiantiles, pero todas con notoria filiación política. Necesitábamos de algún apoyo de carácter económico, así como también periodístico de “Acción”, para publicar nuestros comunicados y declaraciones. Fue entonces que cuatro compañeros, constituidos en comisión de prensa de la Asociación Batllista del Liceo Nocturno, pedimos una audiencia que Luis Batlle, para nuestra sorpresa, concedió al otro día de solicitada.
El lugar indicado fue radio “Ariel”, que estaba ubicada en 18 de Julio casi Médanos, hoy Barrios Amorín. Allí, en su despacho de la planta alta donde habitualmente recibía por las tardes, nos atendió con suma deferencia. Estuvimos conversando más de una hora. Escuchó nuestros planteos; se interesó por la marcha de nuestra agrupación, aún en los más mínimos detalles, y nos expuso con argumentos claros y firmes cuáles eran sus principales posiciones políticas. Recuerdo que nos advirtió que debíamos distinguir nítidamente los límites entre la actividad gremial y la partidaria.
   -¿Qué lo impresionó más en ese momento?
   -Me impresionó mucho la actitud sencilla que tuvo durante la entrevista. Cuando ingresamos a su despacho, el se encontraba sentado al escritorio. Se puso de pie, nos tendió la mano a cada uno, y no volvió al lugar que ocupaba, sino que tomó asiento en unos sillones que allí había con nosotros, formando rueda. Ese hecho, de no poner “en medio” el escritorio, como línea divisoria entre el líder y los ignotos estudiantes, dotó al encuentro de un aire más democrático e igualitario. Creo que tan cordial actitud, lejos de ser trivial, pinta al hombre”.

(Juan Adolfo Singer integró el círculo de colaboradores de Luis Batlle. Electo Edil en 1958, y Representante Nacional en 1962 por el sector de la lista “15”, fue asimismo varias veces diputado y senador. Se desempeñó, asimismo, como redactor político y jefe de redacción de “Acción”, el diario fundado por Luis Batlle en 1948).

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