domingo, 22 de abril de 2012

UNA VISIÓN LIBERTARIA SOBRE EL URUGUAY BATLLISTA


      Luce Fabbri (Roma, 1908- Montevideo, 2000), fue una anarquista italiana radicada en Uruguay desde 1929. Hija de Luigi Fabbri, una de las principales figuras del anarquismo peninsular de principios del siglo XX junto a Errico Malatesta, se doctoró en letras en la Universidad de Bolonia con una tesis sobre la obra del también ácrata y geografo francés Eliseo Reclús (un autor leído atentamente por José Batlle y Ordoñez). Profesora de historia en nuestra enseñanza secundaria, y de literatura italiana en la Facultad de Humanidades, contó para sus inicios docentes con el apoyo de Antonio Grompone (un batllista un poco olvidado, creador del IPA). Participó en la creación de organizaciones como la FAU -Federeción Anarquista Uruguaya- y la ALU -Acción Libertaria Uruguaya- en los años 60, así como del GEAL -Grupo de Estudios y Acción Libertaria-, luego de la última dictadura.
     Publicó varios libros, entre otros, "Los cantos de la espera" (poesía); "El camino" (doctrinario); "Historia de un hombre libre: Luigi Fabbri"; así como una edición traducida y prologada de "El príncipe", de Nicolás Maquiavelo. Escribió, asimismo, en diversas publicaciones de índole histórica y anarquista.
     Sintió, como casi todo libertario de la "vieja escuela" -el término nos pertenece-, admiración por el gran José Garibaldi.
     El fragmento que ofrecemos pertenece a una entrevista que los profesores Cecilia Robilotti y Wilson González realizaron a Luce Fabbri y publicaron en la revista argentina "Desmemoria", Nº 7, de abril-mayo de 1995.

   
     -Cuando los emigrantes italianos buscaban un lugar para refugiarse, rehacer sus vidas, por qué se elegía el Río de la Plata?. Hace poco, en una entrevista que le realizaron para el semanario Brecha (12/8/94), usted dijo que estaban buscando la "isla de la libertad". ¿Por qué se veía al Uruguay como una "isla libre"?
LUCE FABBRI
     Porque lo era. En Francia había un gobierno republicano, pero muy corrido hacia la derecha, que expulsaba a los antifascistas. En España estaba Primo de Rivera. En Alemania estaba la República de Weimar pero el nazismo estaba en franco ascenso, y no era cómodo ese lugar tampoco; muchos antifascistas italianos fueron expulsados, y otros se morían de hambre, como un amigo maestro (socialista, no anarquista) que se murió de hambre, literalmente, en Leipzig. También de Bélgica se expulsaba gente, como le ocurrió a mi padre. Fuera de Europa, Argentina tenía muchos refugiados italianos, pero era muy difícil -o mejor dicho, imposible- entrar sin pasaporte. Resultaba que Uruguay era el único país donde se entraba sin pasaporte, por eso digo que era una "isla libre". Llegamos aquí en 1929.
     -Año clave: murió Batlle y el conservadurismo consolidaba su posición.
     -Yo no lo sentí así. Cuando llegué, Batlle estaba ya muy enfermo; se estaba muriendo a mi llegada. Yo no fui a su funeral, que fue un espectáculo digno de recordarse. Todavía no tenía claro lo que significaba Batlle para este país, por eso no me interesó su funeral como acontecimiento. Después sí me di cuenta, y aunque quisiera tener el recuerdo de aquella demostración popular, no puedo tenerlo. Para mi el Uruguay fue algo realmente positivo. Los amigos de aquí nos decían "no se engañen, miren que la policía de Batlle también apalea gente"; pero pese a eso, para nosotros era mucho mejor que lo que habíamos dejado en Europa.
     (...)
     ¿Como era la vida cotidiana en aquel Uruguay batllista para un anarquista europeo?.
     -El  país era sumamente hospitalario, y hay algunas anécdotas curiosas. Una vez nos visitó un policía y le dijo a mi padre: "Disculpe si lo molesto, no quiero que me malinterprete, mire que no se trata de un interrogatorio... Pero el jefe de legación de su país no nos deja ni respirar porque quiere saber cómo vive usted, de qué vive, quien le escribe, con quienes se ve, etc". Mi padre estaba dispuesto a decirle exactamente lo que él hacía, pero este policía le sugirió: "Diga lo que quiere que digamos", y mi padre le habló de sus dos medios de subsistencia en ese momento, el periodismo y las clases particulares para escolares hijos de italianos"