lunes, 3 de mayo de 2021

URUGUAY: MÁS GARRA GUARANÍ QUE CHARRÚA

                                
  Entrevista al profesor OSCAR PADRÓN FAVRE(*)


-¿Que nuevos planteos impone, hoy, el tema indígena en el Uruguay?


 -Los estudios se realizaban, hasta hace un tiempo,  sobre un período fuertemente cerrado: desde la llegada de Solís, en 1516, hasta "la solución final" (con la liquidación de los últimos grupos) en 1831. Los aportes de la arqueología, muy ricos en las recientes décadas, hacen arrancar ese estudio once mil años antes de nuestra era. En un principio se llegaba a esta fecha a partir de ciertas especulaciones razonables pero ahora, con el auxilio del radiocarbono, se ha podido certificar la 

existencia de comunidades indígenas "uruguayas", en momentos en que impera la prehistoria.

-Estas nuevas conclusiones, para algún sector de uruguayos, puede ser una novedad total

 -Es posible. Las comprobaciones obtenidas sobre la base del radiocarbono tienen un mayor rigor científico y quedan virtualmente fuera de discusión. Pero esas conclusiones no se refieren solamente a la presencia física, humana, de nuestros indígenas. En Rocha, sobre todo, se han hallado vestigios de construcciones -bastante grandes y variadas- que traducen claramente la existencia de un entramado social complejo.

  -Se nos ha enseñado que el indio ha hecho aportes a la sociedad que se forma a partir de la colonización española.

 -El componente indígena en el cuadro social, como expresión integrada de individuos y expresiones sociales, es mínimo. En realidad, el indio estuvo siempre afuera de nuestro proceso social. Decir que el componente indígena de nuestra historia nos convierte poco menos que en descendientes de los indios -básicamente de los charrúas- es hacer un ejercicio de espiritismo que poco tiene que ver con las realidades históricas.

 -¿Donde está, entonces, nuestra base indígena más posible?. ¿Quienes son nuestros antepasados indios?.

 -Los guaraníes. La familia guaraní dominaba la región en la que se extendía la que hoy es nuestro país. La misión guaranítica, forma de organización social más evolucionada que los grupos cazadores, es el puente entre la selva y la sociedad criolla que crece. Esa sociedad va absorbiendo albañiles, pintores, trabajadores sueltos, peones, capataces y soldados: todos elles son guaraníes o individuos de inequívoca sangre guaraní, que vierten su aporte al "inmigrar" al sur y pasar a integrar el sector propiamente "popular" de las poblaciones.

                                                                                                                                                              ¿En que porcentaje el indio guaraní pasa a formar el ejército?.

 -Es un aporte masivo. Pero no podemos decir que el ejército uruguayo sea solo guaraní. El guaraní es un componente del mestizaje de nuestro ejército. Lo más correcto es decir que se trata de un ejército mestizo. Mestizo y popular.

 -Usted no habla solo del ejército artiguista.

 -Claro que no. Hablo del ejército uruguayo de todas las épocas.

 -Correcto. ¿Que papel juega frente a esta reafirmación del indígena, el aluvión europeo?. En otras palabras: ¿somos o no un pueblo formado por españoles e italianos?.

 -La participación europea no se puede desconocer, por supuesto.. Pero la idea de que Uruguay es elproducto casi exclusivo de ese aluvión europeo, del "esfuerzo inmigrante", y del "sacrificio de sus trabajadores" fue perfeccionada por un conjunto de escritores. Hubo una inmigración, tan fuerte como casi desconocida, que registró el paso de los indios y chinas misioneras desde el sur paraguayo y el norte y litoral argentinos, hacia la Banda. Los libros parroquiales y los testimonios verbales de viejos pobladores son una fuente preciosa para apreciar la magnitud de esa corriente.

 -Entonces, lo de la "garra charrúa" es una mistificación o, simplemente, el homenaje a un pueblo que, según usted señala, no contaba con más de trescientos individuos en los dos últimos siglos y en ningún caso fueron más de dos o tres mil.

 -Puede ser más apropiado hablar de garra guaraní: no podemos sorprendernos que los actuales paraguayos sean tan combativos.

 -Volviendo a los europeos: no podemos reducir su función a la de simples elementos de fuerza de trabajo.

 -No, claro. Esos inmigrantes venían solteros y buscaban, de inmediato, mujer. Una combinación frecuente es la del "gringo" con la "china", generalmente misionera. Con el tiempo la sociedad se va blanqueando -por decirlo así- pero hay una fuerte base mestiza cuyos perfiles se ven, en amplia medida, en vastas zonas del Uruguay del interior. En la costa se aprecia menos, pero también existe. El Uruguay es mestizo en raza, pero también en muchos de nuestros hábitos y creencias.


"SI NO ERA RIVERA, LOS IBA A LIQUIDAR OTRO"

Oscar Padrón no se resigna a atribuir a Fructuoso Rivera -debilidad excluyente de la izquierda vernácula- la responsabilidad  exclusiva de la liquidación de los indios que no aceptaban las nuevas reglas del juego. Vuelve atrás en el tiempo y evoca al caudillo compatriota a su retorno de las Misiones. La paz le acaba de borrar con el codo su conquista y ocho mil indios, habitantes de esa zona, vienen con él para evitar posibles represalias. Son indios y mestizos que, cuando Rivera sea Presidente, van a formar el ejército del Estado y, en tal situación, van a dar muerte sin pestañear a los charrúas que no quieren caer de rodillas y han de sufrir, por lo tanto, el inflexible fin de los pueblos cazadores

  Una sociedad que se solidifica, que se expande al diapasón de la estancia -unidad sedentaria- y de la actividad productiva de mercado, no tolera a los nómades, que para subsistir hoy "mañana se verá", deben ir de un lado a otro en busca de sus presas. Esa búsqueda, para los hombres y mujeres de la nueva sociedad, es la de simples depredadores.

  Todos se quejan de esa devastación: el hacendado rico, el mediano productor, el funcionario de la ciudad y hasta el campesino pobre que en un extremo perdido del campo, con su mujer y sus hijos, debe soportar el robo de su único caballo. Es el clamor de todos y así lo entiende el gobierno de Rivera, presionado hasta el límite, por esa sociedad en expansión, para terminar con el problema. Por eso -opina Padrón, si no era Rivera el que los ponía en vereda, hubiera sido otro cualquiera: el tema se le había ido de las manos y pertenecía a la sociedad en su conjunto. Se dice que Artigas, sin embargo, los trató muy bien "Pero una cosa era la relación del caudillo con el indio -muy necesario en tiempos de guerra- y otra, de pronto, la que se hubiera dado con Artigas Presidente, empujado por el mismo juego de intereses".

  Entrevista realizada el 28 de junio de 1992 en "El Diario".

   (*) Oscar Padrón Favre es licenciado en Ciencias históricas, investigador y docente. Publicó, entre otros libros, "Sangre indígena en el Uruguay", "Ocaso de un pueblo indio",  "Los charrúa -minuanes en su etapa final", "Historia del Durazno" y "Misiones jesuíticas: la palabra de los protagonistas", así como numerosos artículos en publicaciones nacionales y regionales.